Un símbolo de la casa desde la cosecha Anno Domini realizada en 2000. Aroma de vino de Jerez, floral, vainilla, frutas confitadas. En el paladar, es untuoso, sedoso, muy suave, potente y prolongado. Un magnífico ejemplo de whisky criado únicamente en barrica fresca de vino Pedro Ximénez: lo suficientemente envejecido para lograr una fusión entre el vino y el whisky, pero lo suficientemente joven para mantener su 'apertura'. Representa el equilibrio entre la dulzura y la frescura herbácea que solo la cebada puede conferir. La edad no es necesaria ya que es secundaria (numérica) respecto a la calidad. Sorprendente, ya que más allá de todas las características 'whisky', la crianza en barrica, saturada de vinos, aporta la complejidad y riqueza de los grandes espirituosos que evolucionan durante la degustación en copa: Su relativa juventud marcada por su vivacidad y nerviosismo, modera su redondez..
